Nuevo etiquetado energético para fuentes de iluminación

La mejora de la eficiencia energética es uno de los pilares de la transición hacia una economía baja en emisiones. Según datos del Informe Sintético de Indicadores de Eficiencia Energética en España de 2020 del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), elaborado con datos del año 2018, el 11,75% del consumo eléctrico de los hogares se destina a iluminación, por lo que las decisiones de eficiencia energética del usuario en este ámbito suponen un importante ahorro en su factura.

La iluminación exterior también tiene un peso importante en el consumo eléctrico. Actualmente, y hasta el 30 de septiembre, se encuentra en audiencia e información pública el Real Decreto que aprueba el Reglamento de ahorro y eficiencia energética y reducción de la contaminación lumínica de instalaciones de alumbrado exterior, un instrumento normativo que será clave para mejorar la eficiencia energética en este ámbito.

El nuevo etiquetado de productos eléctricos elimina las clases energéticas A+, A++ y A+++, volviendo a una escala de clasificación que va de la A a la G, donde la A se asigna a los productos de menor consumo y mayor eficiencia energética, y la G a los de mayor consumo y menor eficiencia energética. De esta forma, la etiqueta mantendrá siete clases diferentes.

Las nuevas etiquetas también incorporarán un código QR exclusivo para que el consumidor pueda acceder, a través de su Smartphone, a las características y datos específicos de cada modelo dentro de una nueva base de datos a escala europea denominada EPREL (European Product Database for Energy Labelling).

Por qué un cambio etiquetado energético

El objetivo de este cambio es fomentar el desarrollo tecnológico y ampliar el rango de elección de productos a los consumidores en base a su eficiencia energética. En los últimos años, las categorías A+ y superiores se han saturado de modelos, y los nuevos desarrollos tecnológicos no han encontrado un hueco para diferenciarse adecuadamente dentro de la escala de eficiencia establecida.

El reescalado de la clasificación energética tendrá en cuenta la innovación tecnológica en la fabricación de aparatos eléctricos y dejará espacio a los futuros desarrollos tecnológicos en las clases más eficientes (A y B), de manera que los consumidores encontrarán etiquetas cuya mejor puntuación energética sea una B y las más frecuentes serán la de clase D e inferiores.
Así, la nueva etiqueta ampliará las opciones de eficiencia energética en el mercado de fuentes luminosas y promoverá el desarrollo tecnológico de productos más eficientes.

 

 

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